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Kim Jong-Un adiestra una morsa

El amado lider de Korea del Norte con Kong, su morsa macho reciƩn adiestrada

Le faltĆ³ tiempo a Kim Jong-Un, el presidente dinĆ”stico de la dictadura norcoreana, tras enterarse de que Vladimir Putin, el primer ministro ruso, habĆ­a adiestrado un oso, para hacer el lo propio pero con una morsa (odobenus rosmarus) "a mi a macho no me gana nadie", dijo el presidente de Korea del Norte cuando se enterĆ³ de la noticia.

AsĆ­ que dicho y echo, en menos de lo que se tarda en decir un amĆ©n se plantĆ³ en el Polo Norte, para presentarse a los pocos dĆ­as por las avenidas de Piongyang cabalgando a Kong, nombre que le ha dado a la morsa macho que capturĆ³ y adiestrĆ³ en un tiempo realmente breve "tonterĆ­as las justas, fue mirarla de forma penetrante y Kong comenzĆ³ a obedecerme en todo".

En la comparecencia ante los medios de Kim Jong-Un hubo mucha gente que quiso preguntarle si habĆ­a hecho eso por envidia de Putin pero nadie se atreviĆ³ a hacerlo, asĆ­ que el amado lider explicĆ³ que Kong, la morsa macho, lo obedeciĆ³ desde el principio "¡y sin castrarlo! castrar animales es de poco hombres".

SegĆŗn Kim Jong Un, la morsa Kong estĆ” adiestrada para defensa, ataque, rastreo y se deja cabalgar "pero solo por mi". Para demostrar el adiestramiento de Kong el presidente norcoreano hizo que encontrase a un seƱor pequeƱito que se escondiĆ³, sin que Kong lo viese, debajo de un coche. Un ayudante del Amado Lider, visiblemente atemorizado simulĆ³ un leve ataque hacia su presidente y Kong le arrancĆ³ un brazo con su potente dentadura mientras Kim Jong reĆ­a satisfecho. La exhibiciĆ³n finalizĆ³ en el patio del palacio presidencial con Kim Jong azuzando a la morsa contra quienes nos encontrabamos allĆ­ y disfrutando con sus bufidos e intentos de dentelladas a los presentes "si la suelto os come vivos, cabrones. Menos mal que soy muy fuerte y puedo aguantar de ella" dijo Kim Jong entre divertidas risitas.

La comparecencia finalizĆ³ cuando al Amado Lider le dio la gana, y es que nos tuvo allĆ­ como tres horas contemplando su morsa macho y hablando maravillas sobre ella, demostrando tambiĆ©n como Kong sabe jugar con una pelota sobre su nariz, aplaudir divertida, y dar simples resultados matemĆ”ticos con palmadas y gruƱidos suaves. Cuando se cansĆ³ comentĆ³ entre risitas que "si se encuentra con el osito de Putin se lo zampa de un bocado" y se marchĆ³ del lugar.


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